viernes, 6 de septiembre de 2013

El Líbano es mucho más grande que una nación Marisol Garrido Márquez N.L.21, 3o. "A"


“Líbano es mucho más grande que una nación, es una misión”

(Juan Pablo II) 
 
Para poder realizar la entrevista con un libanés hubo que pasar por muchas dificultades. El jueves 22 de agosto nos dirigimos al Centro Mexicano Libanés, está ubicado frente al Benemérito Instituto Normal del Estado; mi actual institución, y una de las empleadas dijo; en forma cortés, que no podría realizar la entrevista porque tenían prohibido el paso al club y menos poder molestar a los socios.
Acudimos a la iglesia de nuestra Señora del Líbano y nos mandaron con el señor Antun, regresamos al centro y nos dijeron que solo se encontraba de 6:00 a 11:00; de la mañana; después fuimos a las oficinas de turismo, en el centro histórico, y sólo pudieron informarnos del dueño de una taquería (ubicada sobre la 5 poniente, entre 7 y 9, frente al hospital de la UPAEP), pero la taquería estaba aún cerrada, y no sabían que día se encontraría el dueño. El recorrido fue muy largo, y mis tres acompañantes ya se habían cansado, teníamos hambre y fuimos a comer unas gorditas.
Una semana después intentamos salir de la escuela a las 10 de la mañana, sin embargo por ningún lado fue posible, y nadie nos quiso otorgar un permiso, pensamos en falsificar la firma de algún profesor pero nadie nos iba a creer y nos descubrirían al ver los vídeos de las cámaras de seguridad. La última hora era de estadística y podríamos salir temprano porque no tenemos maestro, así lo hicimos y esta vez sí pudimos entrevistarnos con el señor Antun Nakad Bayeh, un hombre de 72 años de edad, cabello cano, alto, robusto, ojos claros y una personalidad bastante amigable, quién muy amablemente nos recibió en la comodidad de su oficina, nos comentó que el día anterior fueron algunas de nuestras “amigas” a entrevistarlo, así que ya sabía la finalidad de nuestra visita.
El lugar es reducido pero muy bien distribuido, el escritorio está al fondo, sobre este una computadora de las “atrasadas”, una taza, una laptop, un scanner y un recibo de $1 316.00. En las pareces muchas fotografías y cuadros. En una especie de librero algunos trofeos y en otro mueble un par de shishas, una en color roja y otra en rosa.
 
La entrevista inició con la explicación del por qué sólo debe escribirse el primer apellido, pues el señor Antun dice que en Líbano se registra a los hijos con el nombre que le vayan a poner y el nombre y apellido del padre. Y al contraer matrimonio la mujer lleva el apellido del esposo. Situación parecida a la de Estados Unidos.
Antun Nakad ha residido en México por 33 años, después de haber estado por 10 años en Nigeria y 7 en Dallas, Texas, con su hermano, quien después le invitó a venir a vivir a nuestro país. Con mucho entusiasmo dijo que le encanta que haya sido así, pues es un país rico en recursos naturales, en tradiciones y costumbres, es sincero. Dice que los mexicanos y libaneses son muy parecidos porque aún se conserva el valor familiar, la generosidad y la amabilidad en la gente. “No se sabe dónde empieza el libanés y donde termina el mexicano”. Sus palabras fueron muy sabias, dejó en claro que el ser humano es igual, que no importa el dinero y la raza, sino la sinceridad, la educación, la generosidad y forma en que se trata a los demás. “Los derechos de uno terminan donde empiezan los del otro”.
Contó parte de su experiencia como parte del club y dijo que fue su presidente del 2002 al 2004 y actualmente lo es de la Asociación Civil Jóvenes Mexicanos de Ascendencia Libanesa (JOMALI A. C.); una asociación que se encarga de reunir a jóvenes para convivir y no perder la cultura que ellos tienen como libaneses, y al mismo tiempo, ser mexicanos.
La charla continuó con un poco de la historia de su lugar de origen, Líbano. Es curioso saber que este país tiene más gente originaría de él fuera que dentro. El señor Nakad menciona que al libanés le gusta la aventura, y esto se da porque tienen su origen en los fenicios, personas dedicadas al comercio.
En el pasado tuvieron muchas guerras, discriminaciones. Los otomanos y turcos se establecieron sólo para dividir en 2 la pequeña nación, en donde viven cristianos, quienes no querían a los otomanos, estos a su vez bloquearon la parte de la montaña, luego de algún tiempo los pobladores huyeron por la falta de alimento, debido a la plaga de langostas, oportunidad y libertad, durante la guerra de 1914. Así es como comenzó la migración hacia América Latina.
Las personas se subían a las embarcaciones con único fin de alejarse de los conflictos, viajaban 40 días en barco sin saber a ciencia cierta el destino que estas tuvieran.
 
Algunos llegaban a México y todos con el objetivo de trabajar para asegurar un mejor futuro para sus hijos. Vendían mercancías, tenían un espíritu negociante, y ellos fueron los primeros en emplear el sistema de abonos en las compras realizadas por las personas. Los libaneses son conocidos como aboneros.
Con el paso del tiempo hicieron más dinero y así surgieron las primeras tiendas de telas (la industria textil está muy ligada con los libaneses). De esta manera se integran totalmente a la sociedad. Actualmente 5 colaboradores de Enrique Peña Nieto, presidente de los Estados Unidos Mexicanos, son de ascendencia libanesa.
Terminó de contarnos un poco de la historia sobre la migración de su nación hacia México y parte de sus costumbres, son muy parecidas a las mexicanas y mencionó su platillo favorito: el kepe, que consta de carne molida combinada con trigo y otras semillas; así como los tacos de col y hojas de parra; en cuanto a las bebidas, el arak, que es una bebida de uvas machacadas con los pies que se dejan fermentar por 15 días en barriles; después, la destilan y agregan un poco de anís para darle sabor a la bebida pero es 100 % uva.
Comentó que cuando los libaneses llegan a un restaurante piden bebidas y les llevan botanas, elaboradas de 50 a 70 platillos diferentes.
La conversación ya era muy amena. Don Antun prosiguió contando y nos dice que desde el principio su destino fue Puebla y que este es su lugar favorito, y le encanta estar en casa. Entre los lugares que ha visitado en el país, están el D.F., el puerto de Acapulco, la ciudades de Mérida, Cancún y Guadalajara.
 Dice que tiene más familiares en el del país.
Pedí que contara un poco más sobre el Líbano y habló sobre el origen fenicio que ellos tienen, los fenicios, inventaron el alfabeto y los barcos. La palabra “Biblia” nace de “Byblos” (libro) ciudad libanesa que desde hace más de 6 000 años es habitada.
Dice que en su país hay cedros de 3 000 años de antigüedad y el templo de Salomó está construido de estos, además dijo que “cedro” es una palaba que está mencionada como 70 veces en la Biblia; también dijo que Jesús iba a descansar a Saida y en Baalbeck los romanos edificaron en este lugar un templo en el año 1000.
Con mucha alegría, don Antun dijo que el Líbano es un país con un clima variado, pues puedes estar disfrutando del calor en la costa del Mediterráneo y a 40 minutos de ahí están las montañas, que durante 3 o 4 meses se cubren de nieve (2-3 m) y la gente puede esquiar, comúnmente en las montañas conocidas como la “Suiza del Medio Oriente.
En los tiempos de la niñez del señor Antun las escuelas enseñaban en dos idiomas: EL árabe y el francés, pero de una manera distinta a la de México, ellos estudian todas las materias en esos idiomas y los exámenes igual son así; actualmente incluyeron el inglés y el italiano. Él sabe hablar árabe, francés, inglés, español y durante su estancia en Nigeria aprendió el iurba, una lengua originaria de allá, y que por la falta de práctica ya no recuerda muy bien.
Relató anécdotas sucedidas en su país, como la visita del papa Juan Pablo II a la iglesia Maronita (Marón), quien pronunció lo siguiente: “Líbano más que una nación, es una misión”. Actualmente los católicos apostólicos (maronitas) cuentan con 2 cardenales. En ese momento volteé a ver un marco en la pared a mi izquierda y tenía grabada esta frase: “Le han dado la gloria al Líbano” Isaías 35:2.
Antun Nakad es devoto de Nuestra Señora del Líbano y de la virgen de Guadalupe, a quienes tiene muy presentes en su oficina.
Durante la guerra de 1975-1990, Juan Pablo II quería ir, y a pesar de las prohibiciones que le hicieron por razones de seguridad, fue para difundir la paz. Y la última visita del papa Benedicto XVI fue al Líbano.
En cuanto a la forma de administrar al país dijo que ellos eligen a sus diputados y luego estos escogen al presidente, quien debe ser de la religión maronita-católica, y este designa, con aprobación del congreso, al primer ministro, que debe ser musulmán ishiita y el jefe del parlamento, musulmán sunita. Se toman en cuenta los dos tipos de religiones vigentes dentro del país para mantener un equilibrio y así evitar problemas dentro de la sociedad libanesa; sin embargo, la religión con más apogeo es la cristiana.
Todo lo anterior fue explicándolo con apoyo de un mapa que tiene colgado en la pared.
Prosiguió la plática mostrándonos las fotos de JOMALI, organización fundada hace 30 años, en los congresos anuales en los diferentes estados de la república. En estas reuniones se presentan números folklóricos mexicanos y libaneses y música, en cuanto a está, mencionó los instrumentos más representativos que son el oud, guitarra y un tambor chiquito llamado drembaky.
Contó la anécdota sucedida en 1993, cuando llevó a 170 libaneses mexicanos y a 140 del resto de América al Líbano, llegaron y estaban locos por estar nuevamente en su tierra, caminaron entre los cedros durante 15 minutos; en ese entonces una novela mexicana era muy famosa allá, “Tú o nadie”, protagonizada por Lucia Méndez y Antonio, la gente la veía a diario a las 8 de la noche, y en ocasiones los libaneses mexicanos bromeaban pidiendo descuentos en compras a cambio de contarles lo que sucedería con la novela.
Cuando se tomaron la foto del recuerdo no quisieron hacerlo sin la bandera de México. “Nadie compite con los libaneses por amor que le tienen a México”
Antun Nakad es un hombre que refleja la experiencia en la mirada, la expresión y la palabra. Estábamos por terminar la entrevista, pero antes él nos dio algunos consejos: dijo que "disfrutemos la vida con responsabilidad y dignidad"; “tus derechos terminan donde empiezan los del otro”; “Ábrete al mundo sin olvidarte de
tus raíces”; ”los jóvenes son las flechas, los grandes, los arqueros”.
Nos enseñó a decir algunas palabras en árabe:
Kifak= ¿cómo estás? (para referirse a hombre).
Mih= estoy bien (para hombres).
Kifik= ¿cómo estás? (para referirse a mujer).
Bjotrak= adiós (la escribimos como se pronuncia porque no sabía).
Miha= estoy bien (para mujeres).
Mencionó los estados que cuentan con un Centro Mexicano Libanés y estos son:
Veracruz (1), Puebla (1), Tampico (1), Monterrey (1), San Luis Potosí (1), Mérida
(1) y Distrito Federal (2), en esta ciudad fue fundado el primer centro, en 1962, por, el entonces presidente, Lic. Adolfo López Mateos, quien pronunció lo siguiente: ”El que no tenga un amigo libanés que lo busque”, así que yo, con cierta confianza, le propuse que fuera mi amigo, él rio y dijo que sí, que sería mi amigo. Todos reímos
“El que mucho se despide, pocas ganas tiene de irse” y ese fue nuestro caso, pues ya íbamos de salida, pero Don Antun siguió mostrándonos trofeos, fotos, dijo que no fuma, que sólo tiene las shishas de lujo, y demás cosas representativas. Al final, nos obsequió un disco con las canciones que han creado para JOMALI, cuya portada dice “IXTAPA” y es de color azul.
Después yo le pregunté su opinión acerca del sistema político mexicano, hizo una mueca, así que yo le pedí que me dijera lo que en realidad pensaba y lo que contestó fue que hay países en peores condiciones, que no debemos quejarnos tanto, sino actuar; tenemos el privilegio de vivir en un país “democrático”.
 Nos aconsejó y nos alentó a continuar estudiando y aprovechar todo lo bueno que este país nos ofrece, pues debemos hacerlo al máximo.
Luego siguió contándonos una historia ocurrida en Huauchinango, en la sierra norte del estado, sobre un niño que le pregunta a su abuelo que a qué nación quiere más, a Líbano o a México; el abuelo muy sabiamente le responde lo siguiente: “Tú tienes dos ojos con los que puedes ver perfectamente, dime ahora, ¿a cuál de los dos quieres más?”, el niño quedó muy contento y a la vez sorprendido por la contestación de su abuelo, pero muy conforme.
No podíamos irnos sin antes tomarnos la foto del recuerdo y así lo hicimos. Don Antun Nakad Bayeh es un excelente ser humano, muy accesible, atento, humilde, simplemente, como él dice, una persona que sabe quién es y lo que puede ofrecer. 
Fue una gran experiencia que jamás se me olvidará.

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